ANALOGIA ( Poema Ecològico )
... Los hombres son como los àrboles
De piel y barba
Corteza y Musgo:
De robusta imagen y elegante presencia.
Los àrboles como los hombres
son fuente de vida y esperanza...
Con sus ramas como brazos
parecen sugerirnos algo
y apenas comprendemos su natural idioma.
Los àrboles sueñan sueños fecundos y tristes
y piensan la vida y piensan el mundo
y lo ven desde lejos callados y mustios...
como queriendo no inmiscuirse
en el consorcio humano;
aunque el àrbol tambien es humano
porque es hermano del hombre...
Los àrboles son los filòsofos
de la fauna y la flora conjuntas
son los patriarcas del bosque.
... Los àrboles son desde el principio
soñadores caminantes
peregrinos y transhumantes
poetas y autènticos rabinos.
Siempre caminan hacia arriba
sin ir a ninguna parte...
Los àrboles evocan otra sensaciòn de vida
y son tan sensibles como los hombres.
Ellos tambièn son grandiosos y futuristas...
Retratan su fronda
en los mùltiples espejuelos del dìa
y en las pupilas de las aves y los peces.
Sus brazos abiertos son refugios eternos
su aroma es de sàndalos y especies
exòticas.
Su pròdiga sombra acoge a mendigos y niños
por eso los abuelos promulgan
un elogio al àrbol mientras dura la vida.
Porque es Anfitriòn y secular amigo...
Nos invita a cantar canciones del alma
sus oidos susceptibles perciben
todas las armonìas de la Natura exhuberante
Subterràneas y aèreas
son sus antenas sensorias...
Su fronda apacible es abrigo y hogar
de aves y trinos mirìficos
Centinela de las albas y los ocasos.
El guarda el señorìo
de un submundo sumergido en la tierra.
Es el Amo y Señor de las estepas floridas
y praderas ampulosas.
Nos prodiga la tutela de su sombra y su sino.
Sin el àrbol no habria indicios ni signos de vida.
Por eso...
Los àrboles son como los hombres:
Los hay pètreos y corajudos
de corteza o piel resistente
como tambièn decrèpitos y escuàlidos...
inservibles e inùtiles.
Hay hombres que debieran ser arrojados al fuego
para que crepiten y se extingan
entre el humo y las cenizas...
A los àrboles como a los hombres:
Debèis de conocerlos por sus frutos
no tanto por su especie,
como por sus costumbres y sus obras...
(A toda la especie...)
BUCLECITOS DE ORO
donde las gaviotas y golondrinas
baten sus alas el ebúrneo nebular,
donde las noches silentes son más divinas
cuando hay agitación de besos en el mar
y se extiende el murmurar de amores
de tritones y sirenas que se han de amar:
Junto a las góndolas que navegan a la par
de un mágico idilio que revienta en prosa
Y ¡Oh! que cosa en poesía he de contar:
Nació Buclecitos la princesa hermosa
confeccionada de sonatinas, madrigales y cantos;
y podrán haber mil romances… ¡tantos!
pero ningún dilema como el de Buclecitos
que yo Lot, sin mucha prisa
Te voy con el alma a cantar:
Diez y siete perlas hace que la reina Laura
concibiera en su vientre materno un diamante
y a la luz ambarina de una ínclita aurora
nació la princesita de sentir agobiante…
Aunque nadie sabia por qué tan serena
Y tan llena de gracia sollozaba en su alcoba
casi un lirio marchito le daba dolor… pena…
que su padre el Rey Loarca la creía tan boba;
Más ella en silencio… lloraba, sufría…
cuando su paz le quitaban gemía,
como quien a los cielos sus astros le roba.
Era de alcurnia tan noble la bella princesa
que no sabíase heredera de aquella comarca.
-híncase de hinojos un paje y la mano le besa-
y ella tan dulce, tan tierna, tan casta le enmarca
con su azabache mirada y golondrínica ceja
al mozo sencillo que en palacio a la parca
al quedar huérfano de paladín trabaja
Nunca sonreía la virtual princesa
colmábale la reina de presentes mil:
collares de cuentas marinas y atavíos turqueza
un cofrecito de rubíes y perlas de marfil.
Encajes dorados, zapatillas de terciopelo
la hacían de otros Reinos la más hermosa
más ella en su candidez de niña lucía el velo
de su tierna melancolía de nácar y rosa…
Solía salir mustia y solitaria al jardín
donde sólo ruiseñores y avecillas danzarinas
en su alba sien perlada de estrellitas ambarinas
jugueteábanle una ronda de trinos y carmín.
Sus diáfanos ojos dos lúcidos océanos
su rubio cabello una silueta cascada
soltaban al viento aroma sus rosadas manos
que esparcían cual pétalos de Amor, ilusionada…
Rodeada de dalias y lirios estaba un día
aquella virgencita del alba
princesita de Mayo
recostada en la grama exóticamente lucía
un ramillete de acacias ella era el tallo…
Y cuentan que nunca, cantaba
sonrojábase entre lágrimas entristecida
la rudeza de tu padre el rey la agobiaba:
cuando ordenaba azotar a un flácido lacayo…
Se acariciaba con la fresca
brisa
de una limpia y radiante mañana;
el cielo, mágico espejo… su belleza engalana
y al fondo un arcoíris coronaba a Buclecitos…
Era su centro el cristalino trinar de un ave
su trono una concha de nácar y grana
amortiguado con musgo purpurino y suave…
Sustentábase su alma de celestial corola
El bosque y la Soledad su más regio palacio
sin embargo suspiraba… pensativa y sola
languideciendo de amor, despacito… despacio
Cuando volvía silenciosa al palacio real
sus doncellas con alfombras de Estambul;
tendían a sus pies un bordado angelical
polen de buganvilias blancas y sudario azul.
Ella consentía con el alma sumisa
la atención de sus fieles doncellas
era la más bella entre todas las bellas
pero… siempre triste, triste, triste, sin una sonrisa…
Tenía un rutilante broche incrustado en el pecho
con cautivos colores de siete prismas;
meditaba rostro arriba en su purpurino lecho
perfumando la alcoba con sus manos mismas…
Era su único consuelo la luz que brillaba
de la esmeralda tornasol de su esperanza
si algún día vendría su doncel que tanto amaba
más aún no sabia de qué color sería
el corcel en el cual a desposarla vendría.
Pues ignoraba su linaje pero la presentía
Cuentan los súbditos que nunca ya nunca
la princesa Buclecitos de su alcoba salió;
pero nadie supo porque tanto lloraba
y por qué una lágrima nostálgica rodó
cristalina y pura… bajo la puerta cerrada.
Pero una noche sin luna ente siete luceros
su hada madrina que se le apareció
venía del brazo de dos gallardos caballeros
que no supo ni cuando su boca sonrió…
A
mis dos hijas, Vianki y Selene.
BREMUS... (Tragicomedia en tres actos)
Monólogo
I
Yo sé que el silencio tieneacústicos sonidos
porque sé que mi alma llora por dentro
y no emite gemidos...
Yo conozco un campo
donde es muda la alondra;
y donde el sol es amarillo copo congelado
de un noctámbulo prisma
y donde la luna es campánula
de una noche sonámbula...
Silencio y Soledad... dos mundos indefinidos
allí donde termina y renacen los sentidos;
a otra dimensión sin nunca ni esperanza
allí, donde la vida y la muerte hacen alianza.
Suprema Soledad que espanta y enloquece
Silencio soberano en el umbral del Misterio.
Origen de la piedra que todo sabe y enmudece...
no sangran ya mis violines, no gime ya mi salterio.
Corazón Solitario de hombre andariego
espíritu mutante sumergido en la nada;
sube a la colina un lobo negro y ciego
y atrás síguele torpe incrédula manada.
Un estrépito de alas locas delatoras
de un temor ineludible se acrecenta...
Ya las ansias de vivir son impostoras
y la agonía se prolonga mas allá de la tormenta
que azota a su antojo caprichosa y furulenta
los nidos de las aves, las aves precursoras
de otra apetecible aurora que revienta
mas allá del fastidio insidioso de las horas
que deslíe el ánfora agridulce de la vida
sobre la estigia de la gloriosa egida
en el pèplume supremo en el que anidan
el martirologio de las almas tristes...
II
En un incierto subsueño sumergido
en que a la nada de todo deploro...
Su regia cabalgata de olvido
que en la vacuidad de mi silencio lloro,
Dentro de mí, en mi soledad anido
no sé que extraña incertidumbre, y un coro
de mínimos angeluces de múrice y oro
aduermen mi nostalgia que perdió sentido...
Voy, tras la estela de mi propia huella y ansío
llegar hasta la fogata que tenue alumbra
mis antros fecundos... y no siento ya mío
éste corazón que va muriendo en la penumbra.
Si una abúrnea garza llega
consolatríz
y rosa mi sièn con sus espléndidas alas libres
todo a pesar, sensorio es, ni los felíbres
desean otra esencia a la que el ser les niega
(todo aterra sin Dios. En la tierra. En la guerra)
Ni lenitivo ni bálsamo ni lágrima cura
ésta pesaroza ansiedad de espíritu mutante:
ni aún en la eternidad de un instante
logro discernir la magnitud de mi locura,
ni la incongnoscible fatua oriflama
que cual aura rara mi frente circuye;
la misma fraudulenta trama incluye
la realidad que a otro letal sueño llama
el protagonista como bruma viene y huye:
! A la escenografía del mismo melodrama...!
No persigáis en vano la virtud entre las sombras
hazte a la luz que esta ya ciega de tanto buscar tus ojos
EL HOMBRE VEGETAL
Digo que El Hombre es solo un árbol
detenido a la vera del camino:
Es uno de esos hombres que se quedan de pie
Pensativos y Meditabundos
Y no sé por qué hecho Natural o Divino
se convierten en arboles...
Cualquiera diría que es mas sabio ser árbol.
Los arboles tienen apellido de ave...
Sus sueños son frondosos y fecundos
como raíces al cielo...
Con sus ramas como brazos
parecen sugerirnos algo...
Y apenas comprendemos su Natural Idioma
Nunca vi algo mas sensato que un árbol
O como una piedra sorda y callada...
Temple de mansedumbre y de firmeza.
De prudencia y de aplomo.
Porque de las buenas raíces depende un buen hombre.
De sus virtudes. De sus escrúpulos.
De su humildad, primer signo de grandeza...
Por sus sentimientos de madera.
Conoced a los hombres por sus pasos
y no por lo que hablan...
Por su conducta y sus hechos. Por sus costumbres.
Así como a los árboles por su fruto a tiempo
En el hombre es primero la raíz, luego el fruto.
después la semilla...
lo que siembre eso cosecharà
Los buenos pàmpanos dan sabor
más las uvas silvestres se pierden...
Aprendamos de la higuera y el sarmiento
de la Vid y las gavillas de trigo
La nube y la hierba es efímera
la una pasa y la otra se seca con el sol.
Hay palabras corruptas en la boca del hombre
que pudren a los demás...
Y es corteza con polilla.
Es mejor la melodía edificante de los abetos
y el rumor del gory-gory de los cipreces
que la adulación de los inìcuos
y los murmullos de los lisonjeros...
Es mejor bosque exhuberante y pródigo
que una ciudad llena de vanidad y mosto.
Es mejor hombre sabio y prudente en el camino
que en la ciudad hombre torpe y necio...
Tiene más valor un puente tendido en un río
hecho de juncos y lianas
que un grupo de hombres ociosos e inútiles
que deberían ser arrojados al fuego
para que crepiten y se extingan
entre el humo y las cenizas...
Me fío mas de la sombra que proyecta un árbol
que de la palabra de un amigo falso...
Creo más en el silencio de un árbol,
que en la quietud de un hombre perverso...
Me siento en paz bajo la apacible fronda
de los álamos y los tilos
que en compañía de escanecedores e hipócritas.
La sólida y tangible presencia de los árboles
enseñan a los hombres su Señorío...
Los ermitaños y rabinos que se apartaron
del consorcio humano
Son sabios que en el mundo han sido
y ahora vegetan en comunión
con La Naturaleza franca
y la civilizaciòn de los animales
al percibir el encono de las muchedumbres...
El Hombre vegetal camina con vegetales miras
hacia el mas allá
El sabe de donde viene... y hacia donde va...
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