Monólogo
I
Yo sé que el silencio tieneacústicos sonidos
porque sé que mi alma llora por dentro
y no emite gemidos...
Yo conozco un campo
donde es muda la alondra;
y donde el sol es amarillo copo congelado
de un noctámbulo prisma
y donde la luna es campánula
de una noche sonámbula...
Silencio y Soledad... dos mundos indefinidos
allí donde termina y renacen los sentidos;
a otra dimensión sin nunca ni esperanza
allí, donde la vida y la muerte hacen alianza.
Suprema Soledad que espanta y enloquece
Silencio soberano en el umbral del Misterio.
Origen de la piedra que todo sabe y enmudece...
no sangran ya mis violines, no gime ya mi salterio.
Corazón Solitario de hombre andariego
espíritu mutante sumergido en la nada;
sube a la colina un lobo negro y ciego
y atrás síguele torpe incrédula manada.
Un estrépito de alas locas delatoras
de un temor ineludible se acrecenta...
Ya las ansias de vivir son impostoras
y la agonía se prolonga mas allá de la tormenta
que azota a su antojo caprichosa y furulenta
los nidos de las aves, las aves precursoras
de otra apetecible aurora que revienta
mas allá del fastidio insidioso de las horas
que deslíe el ánfora agridulce de la vida
sobre la estigia de la gloriosa egida
en el pèplume supremo en el que anidan
el martirologio de las almas tristes...
II
En un incierto subsueño sumergido
en que a la nada de todo deploro...
Su regia cabalgata de olvido
que en la vacuidad de mi silencio lloro,
Dentro de mí, en mi soledad anido
no sé que extraña incertidumbre, y un coro
de mínimos angeluces de múrice y oro
aduermen mi nostalgia que perdió sentido...
Voy, tras la estela de mi propia huella y ansío
llegar hasta la fogata que tenue alumbra
mis antros fecundos... y no siento ya mío
éste corazón que va muriendo en la penumbra.
Si una abúrnea garza llega
consolatríz
y rosa mi sièn con sus espléndidas alas libres
todo a pesar, sensorio es, ni los felíbres
desean otra esencia a la que el ser les niega
(todo aterra sin Dios. En la tierra. En la guerra)
Ni lenitivo ni bálsamo ni lágrima cura
ésta pesaroza ansiedad de espíritu mutante:
ni aún en la eternidad de un instante
logro discernir la magnitud de mi locura,
ni la incongnoscible fatua oriflama
que cual aura rara mi frente circuye;
la misma fraudulenta trama incluye
la realidad que a otro letal sueño llama
el protagonista como bruma viene y huye:
! A la escenografía del mismo melodrama...!
No persigáis en vano la virtud entre las sombras
hazte a la luz que esta ya ciega de tanto buscar tus ojos